Aquí las fechas de erupción de la primera dentición... recordá que existe un margen de +/- 3 meses. Y si notas algún trastorno, no dudes en consultar a tu odontopediatra.
"Descubrí que con una sonrisa se puede cambiar el mundo. Aquí vas a encontrar algunos tips y consejos para cuidarla..."
lunes, 28 de septiembre de 2015
Cuidados orales para los más pequeñitos…
Desde antes
de nacer incluso, en nuestra boca ya se están formado, no solo los dientes
temporarios o “de leche”, sino también los permanentes. Ellos son parte nuestra
y nos acompañaran por el resto de la vida, así que será necesario cuidarlos muy
bien y desde muy temprano.
Los
llamados “dientes de leche” hacen su aparición entre los seis meses y el año,
aunque no debemos alarmarnos si aparecen un poco antes o un poco después. Esa variación
tiene que ver con procesos evolutivos que responden a demandas o necesidades en
el desarrollo. La dentición temporaria se completará alrededor de los tres
años. Pero es importante saber que, aunque los dientes no hayan erupcionado aún,
nuestra boca ya se encuentra colonizada por una enorme cantidad de
microorganismos (bacterias en su mayoría). ¡Y en verdad, no es algo que deba
asustarnos! Se trata de microorganismos
que pertenecen a nuestra flora normal y que en concentraciones
equilibradas, no serán dañinos. De manera que esa es nuestra labor como adultos…evitar
que esos “bichitos” se vuelvan perjudiciales para las bocas de nuestros chicos…
¿y cómo lo haremos? Simplemente removiéndolos y evitando que se acumulen por
largos periodos de tiempo.
Antes de
la erupción:
Desde el
nacimiento y hasta la erupción de los primeros dientes, la higiene oral consistirá
solo en remover las bacterias, restos de leche y alimentos que puedan quedar en
la boca del bebé. Para ello podrás valerte de ciertos instrumentos que se
ofrecen en el mercado, tales como dedales de silicona (que además de remover, estimulan la erupción de
los dientecitos), o simplemente pasando una gasa humedecida en
agua, una vez al día. Hacer esto con más frecuencia (más de una vez al día)
podría romper el equilibrio del medio bucal y permitir que ciertos
microorganismos “oportunistas” infecten la boca de tu bebe…nada en exceso es
bueno, ¿no?
Después de la erupción:
Cuando aparezcan los primeros dientes de leche, será necesario recurrir a la ayuda de
un cepillo dental. Éste debe ser de cabezal pequeño (acorde al tamaño de la
boca del niño), de cerdas ultra suaves y filamentos redondeados, para evitar
lesionar las encías. Hasta que el niño aprenda a salivar, solo deberás
humedecer con agua el cepillo y evitar el uso de cualquier tipo de pasta
dental. Una vez que el pequeño haya adquirido esta habilidad (salivar), se podrá
incorporar una mínima cantidad (como una lenteja), de pasta dental fluorada
para niños, haciendo énfasis en la importancia de NO tragarla. Es por todos
bien conocido el riquísimo sabor de las pastas dentales para niños, por lo que
ellos querrán comerla como postre. Supervisá con detenimiento que esto no
ocurra (a menudo)…
En esta etapa, la higiene
bucal de los niños sigue siendo tarea del adulto; los pequeños aún no tienen la
destreza suficiente para realizar dicha tarea. Deberás realizarla dos veces al día,
por lo menos.
Más grandecitos:
Una vez que el nene ya
desarrolló cierta motricidad fina, está en condiciones de manejar solo su
cepillo dental, pero aún así deberás supervisar siempre que el cepillado se
haya realizado correctamente. Existen muchas técnicas de cepillado y van desde
las más simples a las más sofisticadas y complejas, por eso te explico muy fácilmente
una de ellas, para que puedas instruir a tu peque:
Tomá el cepillo con la mano hábil,
colocale una pequeña cantidad de dentífrico, y sin mojarlo, llevalo a la boca. Se
deben hacer movimientos circulares sobre las caras internas y
externas de los dientes, y
movimientos cortos de adelante hacia atrás en las zonas de masticación. Procurá remover toda la placa bacteriana y restos de
comida. Enjuagá…¡y listo!
Tendrás que motivar a los
niños a que cepillen sus dientes después de cada comida, dándole mucha
importancia al cepillado nocturno. Recordemos que mientras dormimos, nuestro
sistema inmune se deprime levemente por la relajación, el flujo salival
disminuye y el pH salival se torna un poco más ácido: ¡el ambiente ideal para
las bacterias!
No olvidemos la importancia de la visita al odontopediatra cada seis meses. Él te ayudara a cuidar de la salud de los más pequeñitos...
Aquí te dejo un catálogo de cepillos y productos de higiene bucal para niños, que a mi entender son de muy buena calidad y que pueden interesarte.
Aquí te dejo un catálogo de cepillos y productos de higiene bucal para niños, que a mi entender son de muy buena calidad y que pueden interesarte.
sábado, 26 de septiembre de 2015
¿Ratón Pérez o El Hada de los Dientes?
Quienes saben de psicología evolutiva, han podido identificar el recambio
de la dentición temporaria como una verdadera mutilación que experimentan los
niños y que atraviesan con mucha angustia…quizás por ello, es que alrededor de
todo el mundo, se crearan historias fantásticas que convirtieran esta tragedia
en algo más llevadero. Pero ¿de dónde salieron estas historias? Y ¿quiénes fueron
sus mentores? Gente brillante desde luego…
¿Chusmeamos un poquito?
En Francia, el origen de esta historia fabulosa se le atribuye a la grandiosa imaginación de la baronesa d´Aulnoy, quien en el siglo XVII e inspirada en vaya a saber quién, creó el cuento “La bonne petite souris” (El ratoncito bueno). El mismo cuenta la historia de un Hada bondadosa que se transforma en ratón para ayudar a una reina, a vencer a un rey tirano, escondiéndose bajo la almohada de éste y haciendo que se le caigan todos sus dientes. Es por eso que en los países germanos los niños creen en “El Hada de los Dientes”.
Por otra parte, en España, en el año 1894, el jesuita Luís Coloma recibió del Rey Alfonso XII y su esposa,
Sea un Hada elegante, o un ratón bonachón, estos personajes han jugado con la imaginación de los niños de todo el mundo y los han acompañado en la difícil tarea de crecer.
Si te interesa leer el cuento completo del Ratón Pérez, podes encontrarlo aquí.
viernes, 25 de septiembre de 2015
¿Comenzamos con un poco de historia?
Dicen
por ahí que no existe nada nuevo bajo el sol, y ya lo creo que es así…aunque la
odontología aparente ser muy moderna y sofisticada, no se trata más que de la
evolución misma del ser humano. Los problemas odontológicos son tan
antiguos como la vida misma, por lo que con razón decía Lukfin que: “la
historia de la evolución de las prácticas médicas y dentales es esencialmente
la historia del desarrollo de la humanidad”. Echemos un vistazo…
LOS EGIPCIOS:
Según evidencias arqueológicas, sabemos que los egipcios
fueron los primeros en utilizar la crema dental. También fueron precursores en
el área de la estética, ya que
incrustaban piedras preciosas en los dientes en función del linaje. (Si, si, si…los
piercings tampoco son cosa nueva)
LOS MAYAS:
Esta sociedad tenía la
costumbre de lavarse los dientes después de las comidas. Sin embargo, no
estuvieron exentos de la caries dental ni de la periodontitis. A pesar
de que no consumían azúcar, su dieta era muy rica en carbohidratos y pobre en
proteínas y vitamina C (lo que explicaría los problemas periodontales).
Para este pueblo, los
dientes y la sonrisa tenían una gran importancia, ya que ambas cosas estaban
relacionadas directamente con la jerarquía y la belleza. Se cree que sus
prácticas odontológicas tenían un carácter religioso y social, pero sobretodo
estético. Ellos también realizaban
incrustaciones o mutilaciones dentales con piedras semipreciosas. La cavidad se realizaba con un taladro
rudimentario, empleando cuarzo como abrasivo (por su dureza). La incrustación
podía ser de jade, amatista, hematita, turquesa, cuarzo, cinabrio y pirita de
hierro. Finalmente, se fijaba la incrustación con un ajuste perfecto a la
cavidad mediante un cemento de fosfato de calcio. Sorprendente ¿no?
Posteriormente, los Incas y los Aztecas tomaron los métodos
de los Mayas para la reconstrucción de piezas dentales.
Antes de las llegada de los médicos griegos, existían ya en
roma los laicos o empíricos, hombres que transmitían de generación en
generación ciertos conocimientos odontológicos. Los métodos que ellos
utilizaban están descritos en doce tablas promulgadas 450 años a. C. De allí
sabemos que los romanos trataban los dientes con pastas y metales. El poeta Marcial del año de la primera centuria, refiriéndose a una dama en una sátira
dice: “que sus dientes eran bonitos porque eran comprados” eso nos revela que
ya existían prótesis desde entonces. Los romanos aprendieron de los etruscos la preparación de esas prótesis: ellos usaban
los dientes de animales limados, desgastados y unidos con un anillo de oro.
EDAD MEDIA:
La praxis odontológica evolucionó mucho durante
esta era. Existe constancia de un verdadero auge en la cirugía, tarea
que fue puesta en manos de barberos: con la habilidad con la que
afilaban sus cuchillas y hojas de afeitar, mostraron su gran destreza y
sabiduría a la hora de abrir
abscesos y extraer muelas.
Gracias al tratado de Chauliac, podemos saber que los cirujanos de la Edad Media ya
usaban fármacos, tales como el opio, la hiosciamina, raíz de la mandrágora, la
hiedra, etc., para tratar y evitar el dolor en sus pacientes durante las
operaciones.
También incorporaron el uso del ácido para
blanquear los dientes, sin embargo pronto descubrieron que más que blanquear,
el ácido destruía el esmalte dental.
En el inicio de la década de 1800, los dientes de porcelana
se hicieron más populares y más fáciles de fabricar. Más pacientes con dientes
perdidos tuvieron la oportunidad de recuperar su sonrisa con dientes de aspecto
más natural.
SIGLO XX Y ACTUALIDAD:
Por esta época, la estética en odontología requería de una
mayor naturalidad en los trabajos a realizar. Para ese entonces, los únicos
materiales que tenían color similar al de los dientes y que se podían utilizar
para restauración estética eran los silicatos, pero duraban muy poco, ya que se
desgastaban rápidamente al tiempo de ser colocados. No pasó mucho tiempo hasta
que se encontró una solución…en la década del 40 los silicatos fueron
reemplazados por la resinas acrílicas (un magnifico descubrimiento). Estas
tenían la ventaja de poseer un color similar al de los dientes, eran insolubles
a los fluidos orales, fáciles de manipular y eran de bajo costo, pero fallaban
aun en su adhesión al diente. Fue el Dr. Michael Buonocore quien introdujo en
1955 el tratamiento ácido para la adhesión de la resina al esmalte,
convirtiéndose en un pionero de la odontología.
Por otra parte,
el Dr. Branemark (científico sueco), a mediados del siglo XX, descubrió, casi
por casualidad, que el titanio se adhería firmemente al hueso. Por lo
que rápidamente pensó que podía ser una excelente manera de fijar estructuras
en forma estable al hueso. Para ello usaba implantes de titanio
atornillados a la zona anterior de la mandíbula, y sobre ellos, se fijaba, con
algunas modificaciones, una prótesis total. De esta manera, dio
nacimiento a la implantología moderna…¡una verdadera maravilla!
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