Dicen
por ahí que no existe nada nuevo bajo el sol, y ya lo creo que es así…aunque la
odontología aparente ser muy moderna y sofisticada, no se trata más que de la
evolución misma del ser humano. Los problemas odontológicos son tan
antiguos como la vida misma, por lo que con razón decía Lukfin que: “la
historia de la evolución de las prácticas médicas y dentales es esencialmente
la historia del desarrollo de la humanidad”. Echemos un vistazo…
LOS EGIPCIOS:
Según evidencias arqueológicas, sabemos que los egipcios
fueron los primeros en utilizar la crema dental. También fueron precursores en
el área de la estética, ya que
incrustaban piedras preciosas en los dientes en función del linaje. (Si, si, si…los
piercings tampoco son cosa nueva)
LOS MAYAS:
Esta sociedad tenía la
costumbre de lavarse los dientes después de las comidas. Sin embargo, no
estuvieron exentos de la caries dental ni de la periodontitis. A pesar
de que no consumían azúcar, su dieta era muy rica en carbohidratos y pobre en
proteínas y vitamina C (lo que explicaría los problemas periodontales).
Para este pueblo, los
dientes y la sonrisa tenían una gran importancia, ya que ambas cosas estaban
relacionadas directamente con la jerarquía y la belleza. Se cree que sus
prácticas odontológicas tenían un carácter religioso y social, pero sobretodo
estético. Ellos también realizaban
incrustaciones o mutilaciones dentales con piedras semipreciosas. La cavidad se realizaba con un taladro
rudimentario, empleando cuarzo como abrasivo (por su dureza). La incrustación
podía ser de jade, amatista, hematita, turquesa, cuarzo, cinabrio y pirita de
hierro. Finalmente, se fijaba la incrustación con un ajuste perfecto a la
cavidad mediante un cemento de fosfato de calcio. Sorprendente ¿no?
Posteriormente, los Incas y los Aztecas tomaron los métodos
de los Mayas para la reconstrucción de piezas dentales.
Antes de las llegada de los médicos griegos, existían ya en
roma los laicos o empíricos, hombres que transmitían de generación en
generación ciertos conocimientos odontológicos. Los métodos que ellos
utilizaban están descritos en doce tablas promulgadas 450 años a. C. De allí
sabemos que los romanos trataban los dientes con pastas y metales. El poeta Marcial del año de la primera centuria, refiriéndose a una dama en una sátira
dice: “que sus dientes eran bonitos porque eran comprados” eso nos revela que
ya existían prótesis desde entonces. Los romanos aprendieron de los etruscos la preparación de esas prótesis: ellos usaban
los dientes de animales limados, desgastados y unidos con un anillo de oro.
EDAD MEDIA:
La praxis odontológica evolucionó mucho durante
esta era. Existe constancia de un verdadero auge en la cirugía, tarea
que fue puesta en manos de barberos: con la habilidad con la que
afilaban sus cuchillas y hojas de afeitar, mostraron su gran destreza y
sabiduría a la hora de abrir
abscesos y extraer muelas.
Gracias al tratado de Chauliac, podemos saber que los cirujanos de la Edad Media ya
usaban fármacos, tales como el opio, la hiosciamina, raíz de la mandrágora, la
hiedra, etc., para tratar y evitar el dolor en sus pacientes durante las
operaciones.
También incorporaron el uso del ácido para
blanquear los dientes, sin embargo pronto descubrieron que más que blanquear,
el ácido destruía el esmalte dental.
En el inicio de la década de 1800, los dientes de porcelana
se hicieron más populares y más fáciles de fabricar. Más pacientes con dientes
perdidos tuvieron la oportunidad de recuperar su sonrisa con dientes de aspecto
más natural.
SIGLO XX Y ACTUALIDAD:
Por esta época, la estética en odontología requería de una
mayor naturalidad en los trabajos a realizar. Para ese entonces, los únicos
materiales que tenían color similar al de los dientes y que se podían utilizar
para restauración estética eran los silicatos, pero duraban muy poco, ya que se
desgastaban rápidamente al tiempo de ser colocados. No pasó mucho tiempo hasta
que se encontró una solución…en la década del 40 los silicatos fueron
reemplazados por la resinas acrílicas (un magnifico descubrimiento). Estas
tenían la ventaja de poseer un color similar al de los dientes, eran insolubles
a los fluidos orales, fáciles de manipular y eran de bajo costo, pero fallaban
aun en su adhesión al diente. Fue el Dr. Michael Buonocore quien introdujo en
1955 el tratamiento ácido para la adhesión de la resina al esmalte,
convirtiéndose en un pionero de la odontología.
Por otra parte,
el Dr. Branemark (científico sueco), a mediados del siglo XX, descubrió, casi
por casualidad, que el titanio se adhería firmemente al hueso. Por lo
que rápidamente pensó que podía ser una excelente manera de fijar estructuras
en forma estable al hueso. Para ello usaba implantes de titanio
atornillados a la zona anterior de la mandíbula, y sobre ellos, se fijaba, con
algunas modificaciones, una prótesis total. De esta manera, dio
nacimiento a la implantología moderna…¡una verdadera maravilla!
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